“Como si me subiera a la máquina del tiempo”, así vive Florencia Canale los procesos de escritura de sus novelas históricas. Le interesa poder ser una especie de testigo de los sucesos que construyeron el país; y en esta oportunidad, se concentró en los detalles de la vida de Justo José de Urquiza. El resultado fue Salvaje, donde se centra en las relaciones del caudillo y las mujeres. “Me parece que fue un hombre anticipado a su época; por ejemplo, los varones de aquel tiempo no reconocían a sus hijos bastardos, y él les puso su
apellido, siendo además un padre presente. Quiso equilibrar las cuentas y los sentimientos con todos ellos. Esta actitud es asombrosa”, cuenta sobre el protagonista de su reciente libro. Así como la historia novelada, “al ser una forma más allanada de contar lo que pasó, genera menos rechazo y prejuicio que la historia
pura y dura”, el costado humano de las figuras políticas que pasaron al bronce “ayuda a conocer bastante más sobre quiénes somos”.

Su bibliografía incluye títulos dedicados a Manuel Belgrano, José de San Martín y una trilogía sobre Juan Manuel de Rosas. Por ahora seguirá instalada en los hechos históricos: “El presente me interesa para vivirlo, el futuro no me parece una materia atrapante, en cambio el pasado es más épico, lírico”.

¿El último libro que leíste? 

Estoy leyendo La isla de la infancia, la tercera parte de Mi lucha, de Karl Ove Knausgård.

¿Un libro que recomiendes? 

Un hombre enamorado, de la misma serie del autor.

*Publicado en revista Convivimos. Diciembre 2018.