Es la creadora de Inutilísimas, un proyecto web que inició para incentivar a otros a cocinar. Le incomoda el término “influencer” y reconoce que la practicidad es el secreto de su éxito.
Por Dai García Cueto Foto Mechi Fahs
Tefi Russo es capaz de recorrer más de cien kilómetros para probar un plato que le recomendaron. Es que su pasión supera el acto de cocinar, y también disfruta de comer rico. Sin embargo, sabe que hay personas que no caminarían ni una cuadra para deleitarse con una buena comida y que también están aquellos para quienes la palabra “cocina” es un idioma extraño. En ellos encontró la inspiración. “Hice algo que no había: recetas para todo el mundo”, así resume la clave de su éxito, que combina la gastronomía e Internet.
Pasaron seis años desde que creó su blog Inutilísimas, y en este tiempo no ha parado de crecer. Como le era imposible afrontar los costos de una publicación editorial con sus recetas, empezó a compartirlas en Internet. Al principio no mostraba su cara, porque consideraba que lo más importante eran los platos y sus secretos. Hasta que las redes sociales explotaron y encontró su lugar en el estante digital. “En el país todavía no estaba de moda la gastronomía en las redes, así que empecé a mi manera. Desde el inicio tuve marcado no encasillarme en una manera de trabajar que me obligue a hacer cosas en las que no me siento cómoda. Tengo mi estilo”, dice segura de dónde está parada. Actualmente, suma cerca de 500 mil seguidores en Instagram
que comentan cada uno de los posteos que realiza.
También sus recetas se plasmaron en papel, y lleva publicados dos libros: Simple, rico y casero y La cocina de Tefi. El título del primero describe el nombre del segundo, ya que son los adjetivos que ella utiliza para contar lo que hace. Su primer contacto con el mundo gastronómico fue a los seis años, pero recién 20 años después se animó a lo profesional. Por eso, siempre hace la salvedad de que ella no es chef, sino alguien a quien le apasiona crear entre harinas, verduras y carnes. No es celosa de sus tips culinarios, prefiere compartirlos para que sobrevivan en el tiempo. Además, le entusiasma que muten con la impronta de aquel que también los recibió. Así cocina ella, da versiones de los platos tradicionales o inventa dejándose llevar por aromas y
sabores.
Confiesa que en las reuniones de amigos intenta evitar ser la cocinera, porque le tienta más sentarse a probar
y sorprenderse. Sin embargo, sus invitados siempre llegan expectantes, y cuando no la encuentran con las manos en la masa, se desilusionan. Cuando cuelga el delantal, se pone los patines o agarra los remos para darse una vuelta por el Tigre. Casi siempre en compañía de su hija, Bianca, de nueve años, porque las dos aman las actividades al aire libre.
¿Cómo manejás el trabajo en redes sociales?
A mi manera, no trabajo para marcas que no consumo ni recomiendo cosas que no me gustan. Tampoco compro seguidores ni otro montón de recomendaciones que hacen los community managers, porque se trata de cosas que son favorables al corto plazo, y a mí me interesa el largo plazo. En mi poca experiencia, no hay nada mejor que ser auténtica, ir a tu ritmo, tener un concepto claro. La credibilidad y la autenticidad se están perdiendo, porque es tentador el “chivo” o el canje.
¿Cuál es el concepto?
No enseño a cocinar, incentivo a otros a que cocinen. Hice que mucha gente se animara, gente que no pone
un pie en la cocina. Es intentarlo, equivocarse, prueba y error, nada mejor que improvisar e ir probando. Cocino para gente terrenal, que quiere cocinar rico y casero. Lo que pasa es que no siempre es fácil trasladar las recetas a tu casa, porque a veces demandan tiempo que no se tiene o los que no se tiene o los “paso a paso” son muy tediosos.
¿Cómo sos en la cocina? ¿Sos igual en la vida?
Soy recontraordenada y organizada, ¡rozando lo hinchapelota! Soy práctica, la practicidad es mi solución, no me gusta perder el tiempo, no encontrar las cosas o que se rompan. Soy madre divorciada, entonces la organización es clave. Al tiempo lo tengo que aprovechar al máximo, me encantaría sentirme joven
e improvisar, pero necesito el orden para vivir. Incluso soy de las que guarda la ropa por color.
¿Te ves fuera de lo gastronómico?
Pienso salirme, ando con ganas de patear el tablero. Inutilísimas me cambió la vida, me dio muchísimo, cosas
que jamás me imaginé. ¿Sabés lo que es entrar en una librería y que tu libro sea uno de los más vendidos? Todo esto me permitió conocerme más, saber de lo que soy capaz, aunque todavía me falte experiencia y aprender. Las herramientas que me dio son muy valiosas, pero después se abre un abanico y me sirven para otros ámbitos. Sé que se va a cumplir el ciclo, tengo ganas de hacer otras cosas. Me gustaría producir contenidos, no míos, no dar la cara y no necesariamente recetas, sino abocarme a la producción de contenidos digitales. Ya hay algo dando vueltas por el polo opuesto a la gastronomía.
Café con “Pollo”
“Mi vasito térmico me acompaña todas las mañanas y tardes. Me preparo un latte macchiato, y como se mantiene calentito, mientras hago otra cosa, está ahí”, cuenta Tefi. Está en pareja con el conductor de televisión Joaquín “Pollo” Álvarez, a quien conoció cuando fue invitada al programa que él conduce, Con amigos así. Lo más cercano a la gastronomía que tiene es el nombre, porque su novia lo delató revelando que “él se autodefine como el mejor calentador de milanesas. Las pasa del freezer al horno y dice que no le hace falta ni mirar el reloj, ya sabe cuándo darlas vuelta”. Ambos son tan fanáticos, que estarían confirmadas como plato principal en su fiesta de casamiento.
*Publicado en revista Convivimos. Febrero 2018.