María Campos lanzó Santo entendimiento, su segundo disco, en plena pandemia, y para ella fue un privilegio. “No dejo de agradecer el poder compartir mi música en este contexto tan triste. Me recomendaban no sacarlo, pero a mí no me gusta manipular estas cosas, si tenés algo que decir, hacelo. Por suerte, nunca me faltaron canciones”, le cuenta a Convivimos la compositora e intérprete.
Cree que es un momento de “reseteo emocional” para replantearse valores y prioridades. “Es cierto que se está más en carne viva, sin embargo, no escribo desde cosas que pasan afuera, sino sobre lo que vivo personalmente, mis experiencias con los vínculos, con las emociones”, dice. Es su modo de hacer catarsis: “Me gusta escribir desde un lugar poco consciente, así es sanador, porque no hay tanto control de lo que surge”. Puede componer tres temas en un día o ninguno en semanas, y la tientan diferentes estilos al hacerlo. “No soy prejuiciosa con los géneros, no es a propósito, sino que me parecen atractivos los distintos matices. Me gusta combinar, en todo soy así, hasta pienso de esa manera”.
Aunque escribe desde los 12 años, recién en 2018 se animó al salto profesional con Popular. Cuenta que le costó superar inseguridades respecto de su música y hasta rechazó una propuesta de Gustavo Santaolalla para producir su primer álbum. “Me faltaba amor propio”, confiesa.
¿Un disco que estés escuchando?
Una niña inútil, de Cazzu.
¿Uno que recomiendes?
The Miseducation of Lauryn Hill, de Lauryn Hill.
*Publicada en revista Convivimos. Noviembre 2020.