Osvaldo Laport no se reinventa, ama lo que hace y esa pasión lo lleva a transitar diferentes formas de la actuación. Empezó en el escenario, luego la televisión le dio papeles inolvidables como Catriel y Guevara, y durante la cuarentena creó una plataforma de streaming para teatro. Además, acaba de estrenar una película cordobesa. “Desde chico, mis padres me enseñaron la supervivencia y a hacer de todo. Soy resiliente y estoy generando cosas constantemente”, cuenta con una sonrisa.

En el film Bandido, dirigido por Luciano Juncos, interpreta a un cantante desencontrado con su profesión, pero asegura que con el personaje tienen personalidades distintas. Le interesó componer a Roberto Benítez porque tiene que ver con el detrás de cualquier artista, la intimidad que la gente desconoce. “Parece que fuera el documental de muchos artistas”, reflexiona. Un estreno no le genera ansiedad, aunque no puede evitar corregirse cuando se ve en pantalla.

“Hubo un crecimiento del cine nacional, no solo desde la realización, ha evolucionado en la dramaturgia, en la poesía a la hora de contar. Porque si tenés una buena historia que permita la identificación del público, no se necesitan megaproducciones ni capitales extranjeros”, afirma y agrega: “Un buen texto puede hacerse en cualquier rincón del planeta, hasta en el living de una casa, en una esquina”.

¿Una película que recomiendes?

Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore.

*Publicada en revista Convivimos. Abril 2021.