Mateo Salvatto tiene 22 años, es emprendedor y diseñó una app inclusiva que asiste a personas con discapacidades en todo el mundo. Amante de los imposibles, quiere ayudar con la tecnología.
Siempre me pareció divertido hacer que pasen cosas que la gente no espera que pasen, como la magia”, revela Mateo Salvatto, el creador de Háblalo, una aplicación para el celular que permite a las personas con diferentes discapacidades expresarse y dialogar con otros.
Este desarrollo colabora con una problemática a nivel mundial y que no existía entre las ofertas tecnológicas.
La pasión por lo tecnológico estuvo latente desde su infancia, incluso recuerda las sensaciones de la primera vez que prendió una computadora cuando tenía dos años. Más tarde descubriría que el interés es mayor cuando lo tecnológico se junta con lo social. Luego de terminar el secundario y de resultar campeón nacional e internacional de robótica, se propuso programar una tecnología que ayudara gratis a la gente y que, a la vez, generara ingresos. “Suena medio incompatible lograrlo, pero como no voy a lo fácil, desde un principio dije ‘No quiero hacer ni una ONG ni una típica empresa tecnológica que desarrolle software’, quería una mezcla perfecta y balanceada de ambas”, afirma. Y abriendo mucho los ojos, agrega: “¡Cómo vas a cobrarle a alguien por comunicarse!”. Hoy, Háblalo tiene más de 120 mil usuarios en los cinco continentes, y fiel a su pasión por los desafíos, Mateo confirma que hasta el millón no se detiene.
Se describe como una persona analítica y confiesa que da muchas vueltas sobre sus ideas y que, a la noche, antes de dormir, elabora teorías de todo tipo. “Me gusta pensar mi realidad, la del país, la de la gente que me rodea, y ver dónde se puede ayudar. Desde chiquito tuve el objetivo de usar la tecnología, hacer mi propio proyecto y generar millones de dólares para la iniciativa y para mí. Sin embargo, no quiero un crecimiento financiero solo, es buenísimo el concepto de crecer con el crecimiento de los demás y, a la vez, me interesa más aportar a la calidad de vida de las personas que desarrollar un software y venderlo”.
Para Mateo, ser emprendedor es cuestión de personalidad. “Emprendedor no es hacer una empresa, no es una acción, es un adjetivo que nos califica como persona. Sos emprendedor si tenés la necesidad de mirar el mundo con ojo crítico y tratar de atar el problema con la solución todo el tiempo. Me pasa con todo: veo algo que no anda y necesito arreglarlo, no me quedo tranquilo hasta que funciona. También me pasa con la sociedad. Los que tenemos una personalidad emprendedora muy fuerte encontramos más satisfacción en la resolución del problema que en la recompensa por la solución”. Por eso cuenta que tras el éxito de Háblalo, con su empresa Asteroid Technologies trabaja en dos propuestas para avanzar sobre problemáticas que afectan a una gran parte de la población. “Estamos diseñando algo para el mal de Alzheimer, y después una deuda pendiente es poder realizar un software para que quienes no tienen ningún tipo de movilidad logren una comunicación efectiva a través de un teléfono”, anticipa desde su departamento en Buenos Aires, adonde se mudó solo hace seis meses.
Considera que es parte de una generación más sensible frente a temas como la discapacidad, la sexualidad y el medioambiente. También, que estamos en un contexto de democratización de la información y que el gran avance de la tecnología impacta más rápido, reduciendo los tiempos de cambios socioculturales. Desde su mirada optimista, este es un combo que podría resultar más que positivo para pensar un mundo mejor. Si bien no se imagina actuando en política, se plantea “tratar de aportar un granito de arena para generar más confianza de los jóvenes en la Argentina y una apuesta más grande por el futuro del país”.
*Publicada en revista Convivimos. Abril 2021.