“Estaba tan consciente de mi imagen, del look, de la edad, un montón de cosas que pasan por la cabeza de una, inseguridades propias, pero me di cuenta de que todo eso no importaba, de que la gente conecta con la música y es algo más profundo que simplemente tu cara”, explica Lau sobre por qué le costó asumirse cantautora. Con más de 15 años de trayectoria como música sesionista para artistas internacionales, entre ellos Ricky Martin, se animó a lanzar su primer disco solista. Le puso Believer, porque es el resultado de creer en sí misma.
“Al estar pasando un momento difícil en lo personal, sumado a la pandemia, componer fue una terapia”, cuenta la baterista argentina que vivió en Reino Unido desde el 99 y hace unos meses se mudó a Barcelona. Por el momento solo compone en inglés; tiene pendiente hacerlo en español, pero aclara: “No puedo cantar cosas que no sean honestas y personales”.
Su música, su estilo y sus gustos son ochentosos. “Crecí escuchando Queen, Tina Turner, Roxette, y actualmente me inspiran. Es música anacrónica, clásicos que van a sonar bien toda la vida. Eso trato de reproducir en mis canciones, que las puedas escuchar ahora, haberlas escuchado hace 30 años o hacerlo dentro de 20. El buen pop sobrevive el paso del tiempo”, dice. Lo vintage también está en la edición de Believer en casete y vinilo.
¿Un disco que recomiendes?
The Game, de Queen.