nombró Volver a su último disco, pensando en que, con más de dos décadas de trayectoria, era momento de “volver a querer lo que hicimos atrás, recuperar esos gestos que teníamos con el folklore de antes y retornar a una fusión con lo moderno, la evolución de la música”. Sin embargo, nunca pensó que llegaría la pandemia y el título tendría el peso del regreso a los escenarios.

Es riojano y se reconoce embajador de la chaya, una fiesta que dice que hay que vivirla. “Me da mucha felicidad llevarla por todos lados, porque es muy bonita y sana. Su mensaje es la igualdad y la alegría. Cuando nos tiramos la harina –un ritual de la celebración– no existen ni ricos ni pobres, ni altos ni bajos”, cuenta.

También, se siente un buen ejemplo para los jóvenes, “lejos de las adicciones, muy cerca del deporte y con el corazón lleno de música y alegría para dar”, comenta quien es apasionado del tenis y disfruta de andar a caballo con sus hijas.

“El folklore se lleva adentro, no es una moda, es un sentimiento, son vivencias. Se lleva adentro y se practica siempre”, confiesa el creador de El camión de Germán. Además, asegura que para hacerse un lugar en la escena no sirven los realities, “porque eso dura lo que dura la cámara. El folklore es lo contrario, hay que salir a caminar por la ciudad, la provincia, el país y cruzar las fronteras”.

¿Un artista que recomiendes en vivo?

Abel Pintos, Luciano Pereyra, Los Caligaris, Los Auténticos Decadentes…

*Publicada en revista Convivimos. Octubre 2021.