“Desde el escenario vemos cómo la gente se empieza riendo y termina llorando a moco tendido, eso es lo que me gusta de un material de teatro”, dice Laura Oliva sobre Laponia, la obra de la que es parte. Se trata de una comedia dramática en la cual los personajes discuten sobre la idiosincrasia del país, la mentira y la magia, entre otros temas que, además de risas, despiertan reflexiones. “Me fascina todo lo que pasa mientras sucede otra cosa, tiene muchos subtemas colados entre los grandes planteos, que te hacen pensar pero desde lo emocional”, comenta.
Como actriz, lograr una carcajada o provocar un llanto le produce las mismas sensaciones. “Lo lindo de la profesión es ser capaz de movilizar al otro, eso es muy gratificante, para el lado que sea, de la felicidad o de la tristeza. Si la gente que viene al teatro se va modificada, una cumplió la tarea”, cuenta quien dio sus primeros pasos en televisión en la tribuna de Nico.
Celebra que el humor hoy no pase por burlarse de los demás. “Tarde o temprano, como humanidad, teníamos que tender a esto que está pasando. Me alegra mucho que estemos evolucionando hacia ese lado, sigue existiendo, pero al menos hay cierto reclamo. Bienvenido sea el cambio, aunque a mí no me cuesta porque jamás hice ese tipo humor, no me divierte”, sostiene.
¿Una obra que recomiendes?
Me duele una mujer, de Manuel González Gil.
*Publicado en revista Convivimos. Enero 2023.