A los 77, dice que el arte es asombro y comunicar la belleza: «Un artista sin asombro es como un artista que no ve, porque no puede descubrir”, le dice a Convivimos el músico, pintor y escritor misionero. “Para transmitir hay que asombrarse de la vida, lo insólito y la creación”. El compositor de “El Mensú” cree que una obra se hace con buena música y buena letra: “Tiene que tener buenas piernas. Un libro, un disco, no debe ser hecho por aficiona-dos, sino por el andar, el conocimiento y la necesidad de comunicar algo importante de la vida”. Creó el gualambao, un ritmo que identifica a Misiones con su 12×8. Siente, además, que está conquistando su voz: “Era una muralla que no me dejaba ingresar a otras etapas de la vida. Es maravilloso sentirse un cantor”. Su último trabajo es Cosechero.
¿Qué está escuchando?
Claude Debussy.
¿Un disco que recomiende?
Corochiré, de Cecilia Pahl (Los años luz. 2010)
*Publicado en Revista Convivimos. Junio 2014.