“Vemos la música como estados de ánimo”. Los Caligaris

Los Caligaris se comunican con el lenguaje universal de la buena onda. Cumplieron 19 años y aseguran que están en su mejor momento.

Por Daiana García Cueto Foto: Sebastián Salguero

Parece el lejano Oeste. Corre un viento fuerte y la tierra se levanta arremolinada contra la carpa del Circo de los Hermanos Muñoz. Solo que los cowboys hablan cordobés y más que a caballo, viajan en camión.

Los Caligaris se subieron por primera vez a un escenario en1997, en Residencial América, el barrio de Córdoba Capital donde nacieron y que siguen caminando. Son 12 hombres desfachatados a los que les importa hacer música sin perder la alegría.

Son amigos desde siempre, sólo que un día cambiaron el jugar a la pelota por armar una banda. Durante un recital en 2002 se dieron cuenta que la cosa venía en serio. Acababan de editar Nadie es perfecto. Luego conocieron a los Auténticos Decadentes y todo volvió a cambiar, porque les hicieron saber que debían profesionalizase y producir sus discos. Ese consejo hizo mella y el último trabajo –Circología– recibió el Premio Gardel 2016 a la Ingeniaría de grabación y estuvo en varios rubros, incluido Producción del año.

Cuarteto y rock en vida de circo se traduce en un camión cargado con los instrumentos, la bicicleta, la rueda y todos los objetos que usan en los recitales. En 2007 tomaron un avión con destino a México, se alojaron en la casa de una fan y allí también hubo un antes y después. Las giras siguieron por Latinoamérica y Europa, y este año por primera vez pisarán escenarios de Estados Unidos.

El circo es un asunto familiar. Martín Pampiglione (guitarra y voz) y su hermano Diego (batería), más conocido como Raúl Sencillez, tienen su árbol genealógico marcado por payasos y domadores de leones. Entre los Hermanos Muñoz está su abuelo. Con esta dupla habló Convivimos.

Llegan los 20 años, ¿qué están preparando?

Raúl: Pensamos editar un material nuevo inédito.Estamos preparando el CD, pero siempre trabajamos de manera espontánea. Tenemos la ilusión de sacarlo, pero si no está en óptima condiciones, no sale.

Martín: Tenemos varias ideas, cada vez que hacemos un espectáculo lo cambiamos totalmente al anterior. Si bien las canciones pueden ser las mismas, lo visual es totalmente distinto. Para los 20 años queremos traer canciones de discos anteriores y que nunca tocamos.Cosas nuevas para sorprender. Además, nunca celebramos un aniversario en otro lugar del país que no sea Córdoba.

¿Se sienten pioneros en haber llevado el cuarteto a otros circuitos?

R: Ya muchas bandas venían tocando, incluso de afuera. En los 90, los Cadillac invitaron a La Mona al estadio del Chateau. Si bien Jiménez es el ídolo de Córdoba, nosotros siempre miramos a bandas de Buenos Aires, numerosas como nosotros, que coqueteaban con el rock y la música festiva.

M: Cómo me voy a olvidar, de los Decadentes es un cuarteto, y lo llevaron por todos lados. Ellos hicieron una gran punta.

No se escuchaban en las radios de rock ni en las de cuarteto, ¿por qué?

R: Siempre nos sentimos el eslabón perdido.

M: Nosotros hacíamos lo que hacíamos, la desfachatez. Decíamos “¿cuál es?, grabemos esto”. Las radios de rock no te daban bola, ahora puede ser que entiendan un poco más por dónde viene nuestro rock. Y las de cuarteto, un poco sí, pero tampoco tanto, porque no estabas en el circuito de ellos.

¿Las letras se volvieron más reflexivas?

M: Antes escribíamos todo para fiesta y mensajes positivos. Va pasando la vida y nos dimos cuenta que el bajón también es parte, y empezamos a componer otras cosas, que podíamos hacer canciones más reflexivas, tranquilas, de amor, de pérdidas, cosas que le han pasado a todos los integrantes. Si bien tenemos la misma alegría, también hay cosas que son feas y las escribimos.

R: Vemos a la música como estados de ánimo. Sería lo ideal estar contento las 24 horas, los 365 días del año, pero no se puede. Nos preguntan por qué en México nos va mejor que acá, y no es que no nos vaya bien, pero analizamos que acá la gente se queda con la parte festiva y no escucha las otras letras. Afuera nos pasó que nos conocieron al 100% más rápido.

¿Qué mantienen del hobbie?

R: La alegría, seguir divirtiéndonos con las mismas cosas. Trabajamos de ir a tocar, pero no lo vemos como un trabajo; o sea, no nos jode tener que ensayar, salir de gira. Lo disfrutamos con la misma intensidad o más que en el ´97.

M: Sigue intacta la alegría, la amistad y la desfachatez para hacer discos. No nos importa mucho una estética, esa actitud punk de meter un cuarteto al lado de un tema con distorsión.

¿No le tienen miedo a la mayoría de edad?

M: ¿De quién? No, porque cuando más años cumplimos mejor nos va, y si sigue la tendencia…

CAFÉ FAMILIAR

En total, suman 14 hijos, sólo entre los músicos. “Hoy en las giras somos veintidós, imagínate si además llevamos las familias… ¡necesitamos dos aviones!”, explica Raúl, reconocido como el contador de chistes. De rezongón nadie tiene la fama. En el colectivo donde viajan llevan máquina de café y todos se confiesan cafeteros. Tampoco falta el Fernet, pero para los asados se quedan con el vino. El 14 de octubre se presentan en Krakovia, Córdoba.

CAFÉ CON LOS CALIGARIS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*Publicado en revista Convivimos. Octubre 2016.