“Porque sin que me paguen, nombro la historia, los lugares y las costumbres de Tucumán”, bromea Miguel Martín, el actor que le da vida al Oficial Gordillo. Dice que sus shows describen su región. “El estilo está un poco copiado de Luis Landriscina, él te iba dibujando el paisaje, el gaucho, y vos ibas imaginándote la historia”, explica a Convivimos.
Gordillo es un policía que dejó las armas para hacer reír con escenas de la vida cotidiana. “Es humor por identificación”, aclara. En su actual espectáculo, El delincuente del humor, pone en el escenario “un 90% de anécdotas verdaderas, cosas que le pasaron a Miguel”.
Asegura que en Argentina queremos reírnos más, aunque no todos lo hacemos por lo mismo: “Hay un 20% de coincidencia entre el interior y Buenos Aires. Los del interior que han ido a Capital Federal dicen que allá usan muchas malas palabras, que hablan del subte, experiencias que no entienden y viceversa”. Además, piensa que la tonada todavía sorprende a los espectadores, y cuenta que una vez una colega porteña se lo confirmó: “ya con el acento vendés 100 entradas”, le dijo. “Incluso, en Capital entra, pero cuesta, porque están acostumbrados a los cordobeses. No obstante, al resto del país le gusta nuestra tonada, que fue avergonzante por años, hasta el mismo tucumano no quería hablar así”.
¿La última obra que viste?
Mi familia es así, de Marcelo Cosentino.
¿Una obra que recomiendes?
Mahatma, de Flavio Mendoza.
*Publicado en revista Convivimos. Agosto 2017.