Dice que se enamora de sus personajes a tal punto que cuando finaliza un film necesita pasar por un duelo: “Despejar el alma para volver a encarnar poéticamente una vez más”. Su desafío es que el personaje se separe de él hasta que no puedan reconocerse. También se entrega a las historias: “Cuando decido hacer una peli creo que es la mejor que podría estar haciendo y el nivel de entusiasmo es tal que creo que no podría hacer otra”. Acaba de darle todo a El Desierto (Christoph Belh), “un melodrama post nuclear, (…) un relato romántico por donde lo mires”, y en el que compartió escena con Victoria Almeida, William Prociuk y Lucas Lagré. “Todo proceso creativo, desde el más comercial hasta el más experimental, nutre y entrena. Depende de cómo lo tomes y de tu equipo”.
¿Cuál fue la última película que viste?
La mentira (Xavier Giannoli).
¿Tu recomendada?
Los documentales de Werner Herzog.
*Publicada en revista Convivimos. Marzo 2015.