«El folclore me sedujo y fue un camino sin retorno». Mavi Díaz

Mavi Díaz fue una de las Viudas e Hijas de Roque Enroll, el grupo que marcó una época en los ’80 y ’90. Ahora, es una de Las Folkies. Con ellas, viene enriqueciendo la renovación del folclore.

Por Daiana García Cueto. Fotos: Lucía Baragli

Hugo y Victoria Díaz deben haber sospechado, casi con certeza, que la única hija de ambos se dedicaría a la música. Y la niña se los confirmó enseguida, porque a los 9 años se presentaba en peñas, cantando folclore y algunas baladas de su autoría. Con el tiempo, saltó al rock, pero eso ya es otra historia.

“Si me quería destacar en algo, tenía que ser en otra cosa que no fuera el folclore, porque mi viejos era unos capos”, dice Mavi. Su papá, un «maestro» de la armónica, y su mamá, una voz envidiable. En 1983 formó Viudas e Hijas de Roque Enroll junto con Claudia Sinesi, Claudia Riffinatti y María Gabriela Epumer, quien falleció en 2003. “Evitar escupitajos en el escenario fue algo en lo que nos convertimos en expertas”, recuerda como una de las anécdotas que vivieron siendo cuatro mujeres en un mundo de hombres. «Las Viudas» aparecieron en plena década de los 80. Mucho glamour y letras atrevidas se inmortalizaron en las placas Viuda e Hijas de Roque Enroll, Ciudad Catrúnica y Vale cuatro. A la par de su segundo disco, Mavi tuvo a su hijo Danilo (30): “Lo llevábamos durmiendo en el bombo de la batería a los shows, yo me sacaba la leche y después, el plomo le daba la mamadera. Una familia loca”. Estuvieron juntas hasta mediados de los ’90 y en 2014 la banda volvió a los escenarios: “Cumplíamos treinta años del primer disco. Queríamos un reencuentro con los fans de antes y de ahora. También fue un homenaje para Gabriela, que aún no habíamos podido hacerle”. Para el regreso editaron Perlas y Diamantes.

En Europa desembarcó en los ’90 por amor, y se quedó por trabajo. Allá la esperaba el saxofonista “Gonzo” Palacios. Vivió en Canarias, cantando para turistas (“Fue un ejercicio de humildad muy importante y de crecimiento como cantante”); estuvo en Inglaterra, pero fue a su vuelta a España donde se encontró con la producción y la estabilidad laboral. Trabajó con Ariel Roth; Ana Torroja, de Mecano; y Alejandro Sanz, hasta que montó su propia productora: “Soy un animal de estudio; es mi casa, más que el escenario”.

Al final de ese camino, el folclore la llamó. Se reencontró con el género en 2007, grabando la banda de sonido para la película sobre la vida de su padre (A los cuatro vientos). Al país  volvió en 2011 y con Las Folkies (son Silvana Albano en piano, Pampi Torre en guitarra y Martina Ulrich, en percusión) ganó el Premio Gardel 2012 al Mejor Álbum de Folklore Alternativo por Sonqoy.

Todo sí es el nombre del segundo disco de Mavi Díaz y Las Folkies. «Le digo que sí a lo que me hace feliz, lo que me enseña, y a los desafíos”. Sus metas son hacer folclore y canciones propias y llegar a países que no conocen su música. “Nos gusta mucho probar distintos públicos y tocar para distintas gentes”. Y lo están haciendo: En julio recorrieron España con su nuevo material.

¿Por qué hay tanta aceptación de la música popular argentina en Europa?

Están muy abrumados por el mainstream, y hay mucho público de worldmusic para escuchar nuevas propuestas no comerciales de distintas partes del mundo. Tienen festivales donde tocan artistas de todo el planeta y los reciben con una alegría distinta, por esa saturación de música del mercado que tienen.

¿Qué cambió del primero al segundo disco en términos de las búsquedas musicales?

Hay cambio en cuanto a que son cinco años juntas. Para éste compusimos juntas y antes no. Un poco es música que traemos de los viajes, influencias que tienen que ver con  los recuerdos sonoros de otras partes, y también atrevernos a otros ritmos del folclore argentino, como tonadas y chamamés.

Del rock al folclore, ¿por qué?

No lo decidí. Canté por primera vez el género en forma profesional para la película sobre mi papá. Me sedujo mucho y fue un camino sin retorno. Ya con el segundo disco no me pude separar, componía y me salían chacareras o gatos. Fue algo natural, me llamó y me atrajo de una manera inevitable.

¿Qué te sedujo de ese modo?

Algo de raíz que tengo en mi corazón. Tiene que ver con la historia familiar, y además, es una herramienta interpretativa y expresiva que no me dieron otros géneros.

¿El rock te aportó a tu desarrollo?

Sí, uno es todo lo que lo compone. Hay rock que se nota en Las Folkies, sobre todo, en la actitud. Por ejemplo, yo no canto folclore al modo tradicional; además, hay fusiones con el jazz y géneros de lenguaje abierto y otros nuevos. Buscamos un sonido innovador, nos dejamos influenciar.

¿Qué te quedó más marcado de la época con «las Viudas»?

Éramos muy atrevidas, rompimos muchos moldes, por eso el recuerdo perdura en la gente. Acompañamos la adolescencia de muchas personas, fuimos la banda sonora de una etapa de la vida. Hablábamos de cosas nuevas, por eso quedó en el inconsciente colectivo. Además, nos enfrentábamos a públicos muy diversos, que no estaban acostumbrados a una banda exitosa de mujeres y en escenarios de varones.

¿Te sentías muy arriba?

En el momento, uno nunca se siente en el éxito total. No éramos conscientes del fenómeno que estábamos logrando. Laburábamos todo el día y no había tiempo para pensar cuánto éxito teníamos. Para mí, haberme sacado el gusto de ser una estrella de rock a los 20 años, me dio la posibilidad de poder elegir el éxito en mi vida. Y hacerlo sin pensar en la rentabilidad, y sí en las cosas que me hacen feliz.

¿Ser atrevidas es una actitud necesaria siendo mujeres?

Sí, un poco el doble que los hombres. Quizás ahora es menos, hay muchas mujeres en lugares que antes eran de exclusivo uso masculino. En general, las mujeres tenemos que demostrar el doble para hacernos valer.

¿Es más difícil en el folclore?
El folclore es difícil para las cosas nuevas, no sólo por ser mujeres. En el folclore hay un enorme semillero de nuevos artistas que no tienen la difusión que merecen. Algunos géneros son muy rigurosos en cuanto a que no se permiten los nuevos aires. Cuando algo es nuevo, provoca miedo. Pero bueno, así también es cómo se evoluciona.

CAFÉ MOLIDO

Me gusta molerlo, para poder olerlo. Voy probando distintos tipos, ahora estoy con un café colombiano con granos de cacao. Me gusta tomarlo en casa, cuando me despierto a la mañana”. Mavi escribe canciones desde chiquita: “La primera canción se llamaba Rayuela, la hice a los 7 años. Me hice a mí de adulta, pensándome en el 2000, para no olvidarme de las cosas que me preocupaban”.

Revista Convivimos/ En Café Con Buenos Aires, 06 de Julio de 2015. Entrevista a Mavi Díaz & Las Folkies. Foto: Lucía Baragli

Mavi Díaz y las Folkies – Foto: Lucía Baragli

 

 

 

 

 

 

Cafe con Mavi Díaz

 

 

 

 

 

*Publicado en revista Convivimos. Septiembre 2015.