“Los libros se hacen entre todos” . Media Vaca

En Valencia, España, hay una editorial que publica sólo tres libros al año. Se llama Media Vaca. De visita en la Argentina, sus creadores comparten algunos secretos de un oficio cuidado y minucioso.

 Por Dai García Cueto.  Foto Sebastián Salguero 

Begoña Lobo y Vicente Ferrer no mantienen vivo su niño interior, más bien son dos chicos jugando a ser grandes. Sus miradas pícaras y su ternura al hablar contradicen los años que marcan sus partidas de nacimiento. Juntos, además de conformar un matrimonio, llevan adelante una editorial muy especial: Media Vaca.

“Empieza tú”, “No, tú”, se proponen para responder la primera pregunta. Sentados en la galería de un restaurante de la ciudad de Córdoba, con su marcado acento español cuentan los secretos de los libros y de una vida dedicada a ellos. “La editorial no tiene un afán económico, es un proyecto de vida”, asegura Vicente detrás de sus lentes redondos. “Aspiramos a que sea algo interesante, por esa razón es que estamos inventando este trabajo. Begoña es abogada y yo soy ilustrador, y no teníamos un conocimiento previo de lo que significa ser editor”. Ya llevan 19 años intentando crear, en palabras de ella, “una especie de biblioteca básica y para toda la familia, que se pueda consultar independientemente de la edad”.

Publican solamente tres títulos por año porque prefieren que el resultado final dé cuenta de un trabajo minucioso y cuidado, tanto en el lenguaje escrito como en el visual. Cada proyecto nos lleva mucho tiempo, donde pasan muchas cosas. Generalmente ninguno nos ha llevado menos de un año”, cuenta Vicente y aclara que 13 años fue el máximo destinado. “No trabajamos con los criterios comerciales de tener que publicar tanta cantidad de libros por año. Trabajamos con varios títulos simultáneamente y les damos a los autores el tiempo que necesitan para hacer su trabajo. Eso genera plazos que no son los habituales del mundo editorial, pero consideramos que lo importante es el resultado final, no que un libro esté terminado antes o después”, completa ella. Es que como lectores, también los buscan así: “Prefiero los libros que están bien”,

¿La elección de los títulos la hacen desde el lugar de lector o de editor?

Begoña: Desde el lector.

Vicente: Es difícil separar una cosa de otra. La condición de lector como editores. En realidad, como individuos somos lectores desde hace mucho tiempo. Nos parece que los libros son herramientas útiles y tratamos de transmitir ese amor que sentimos por ellos a otras personas.

¿Qué buscan en los escritores o en la historia al momento de elegir?

V: No sé si es una única cosa o cosas distintas. En el proceso de hacer un libro pasan tantas cosas que solo hacemos libros que consideramos que son necesarios, los que han sido resueltos por otro no entran en nuestros planes. Son aquellos que generan un impulso irremediable. Hicimos un libro sobre niños trabajadores porque no había ninguno sobre ese tema y nos pareció que era una lástima que fuera así. Ó hacemos de algunos autores porque no tenían libros para mostrar su trabajo. Esa necesidad es la que nos lleva a meternos en un proyecto al que le dedicamos mucho tiempo y esfuerzo.

B: Partimos en general de los textos. Pero una característica de nuestros libros es la parte ilustrada, que es fundamental. Es un nuevo libro el que se consigue de la fusión del texto y las imágenes, trabajadas de manera conjunta y no puestas una al lado de la otra.

¿Por qué la importancia de la ilustración?

V: La importancia de las imágenes es imposible de negar, y porque en primer lugar, trabajamos para niños. Mi impresión es que a ellos se les dan muchas imágenes, pero no necesariamente son buenas, bien construidas ni trabajadas con la misma exigencia que se trabajan los textos. Nuestra idea es trabajarlas por igual a ambas gramáticas, para tener buenos resultados.

¿Por qué son necesarios los libros?

V: Porque abren el mundo de la imaginación, permiten ver que el mundo es algo más grande de lo que vemos cada día. En los libros hay testimonios de muchas personas para que los que vinieran después, lo conocieran. Es importante saber eso, porque también nos afecta, el mundo del pasado es un mundo que está presente.

B: También alimentar el sentido crítico es otro de los aspectos fundamentales. Todos los textos que elegimos consideramos que pueden ayudar a tener una visión más consciente de la realidad.

¿Perduran más las historias o los autores?

V: A veces la gente conoce algunos nombres, pero no ha leído nada, y con las historias también la gente mezcla, no sabe dónde leyó qué cosa o dónde apareció eso por primera vez. Cuando alguien saca algo de un libro, ya pertenece al imaginario colectivo. Me gusta la idea de que los libros se hacen entre todos.

Agradecemos a La Luna Libros.

Café en Valencia

Al café lo toman solo después de comer, y con leche a la mañana o a la noche. Otro modo es el café Belmonte, con leche condensada y un poco de coñac: “Se llama así por el torero, pero ese nombre se ha perdido”, comenta Vicente. De Valencia recomiendan el Cabañal, un barrio marinero con mucha historia. Él elije las cafeterías para leer. Ella extraña el tiempo que obtenía en el transporte público cuando vivían en Madrid.

Café con Media Vaca Café con Media Vaca.2

 

 

 

 

 

 

*Publicado en Revista Convivimos. Abril 2017.