La mexicana trae a Córdoba las canciones de Salón, Lágrimas y Deseo, su último disco. Entre boleros y algún danzón, le canta a su tierra y a su cultura. Una visita para emocionarse, gozar y reflexionar.
Lila Downs es una mujer fuerte y dulce. Cuando la cantante oaxaqueña describe a las de su pueblo, está haciendo una descripción de sí misma: “Las mexicanas somos las dos cosas, tiene que más que ver con tu origen, vengo de un pueblo, donde hay familiaridad con la tradición, no hay dudas de cómo se hacen las cosas. Pero al mismo tiempo, en esas comunidades hay discriminación hacia la mujer, sobre todo si tenemos opiniones fuertes o queremos hacer cambios, aprendemos a no ser conflictivas, a darle la vuelta a todo lo que podría ponerse en nuestro camino, a buscar de manera armoniosa, la justicia del trato y el respeto hacia nosotras”, le cuenta a ENREDACCIÓN.
La potencia de su voz también la convirtió en la represente de muchas causas sociales de América Latina, principalmente vinculadas al reconocimiento de la diversidad cultural del continente. “Crecí en un contexto mixto, donde las razas son varias, las malas interpretaciones siempre han estado”, comenta en la comunicación telefónica desde Estados Unidos. “El odio y el racismo, están a flor a piel, y mi música es el instrumento por medio del cual he peleado a esa situación, contra esas fronteras culturales y físicas que nos creamos los seres humanos”. Su padre era norteamericano y su mama nacida en Oaxaca. La mixtura la tiene en la sangre y su cultura.
Publicada en www.enredacción.com.ar . 9 de agosto de 2017.