Al desierto se “cocinó” en la casa de Valentina Bassi. Es la última película de Ulises Rossell, su marido, y ella es la protagonista. No habían trabajado juntos hasta ahora, y para la actriz fue una posibilidad para conocer el cine desde adentro. “Me gustó porque estuve desde la primera versión del guión, seguí al director desde el inicio, fue como meterse en su cabeza e imaginar en el mismo sentido. También estuve en el post, nunca había visto editar, y Ulises lo hacía en casa. Vi como la ‘peli’ se iba transformando, me metí por primera vez en la hermosura del cine, cómo puede cambiar una escena con el montaje. Me enamoré mucho más del cine”.
Con Jorse Sesán, el coprotagonista, se vieron por primera vez en el set, sin ensayos previos juntos
y listos para el rodaje de la primera escena. “Al principio me generó ansiedad, muchos nervios, porque no empezó como otras, y yo soy muy ‘ensayera’. Cuan-do lo vi, lo primero que me generó fue miedo, era el malo de Okupas. Después nos conocimos y ensayábamos a escondidas de Ulises”, cuenta entre risas.
¿La última película que viste?
Zama, de Lucrecia Martel, me encantó.
¿Una que recomiendes?
El otro lado de la esperanza, de Aki Kaurismäki.
*Publicada en revista Convivimos. Diciembre 2017.