Paola Barrientos aceptó la obra Tarascones porque era como un parque de atracciones: “Por un lado, la convocatoria de Ciro Zorzoli, en dirección, una parte fundamental; por el otro, el elenco, con Alejandra Flechner, Eugenia Guerty, Susana Pampín; y la pieza, que me encantó, porque está escrita en verso, citadino y moderno. Es una particularidad muy atractiva y que permite un juego, que cuando me lo propusieron, me dieron muchas ganas”, le cuenta a Convivimos. Por su recorrido profesional, la actriz siente más propio al teatro que a los otros formatos: “A la tele voy de visita, intentando encontrarme en ese espacio, y el cine me encanta, es un lenguaje con el que recién me encuentro experimentando, tengo que comprender muchas cosas como para tomarlo como espacio propio”. Confiesa que como espectadora le gusta más el séptimo arte que las tablas.

“El humor me interesa de manera personal. Abordar los temas desde el humor permite abrir las pestañas, poder decir ciertas cosas que de otro modo son más difíciles. El humor es muy habilitador, me interesa buscarlo por ahí. De hecho, la obra es bastante cruel y los personajes son muy tremendos, una crueldad explícita, los prejuicios y las brutalidades de las que son capaces estas cuatro señoras, todo eso es posible desde el humor”.

¿La última obra que viste?

Camuflaje!, de Enrique Federman.

¿Una que recomiendes?

Tarascones, y La madre del desierto, de Nacho Bartolone.

*Publicada en revista Convivimos. Febrero 2018.