Luis Felipe Noé tiene 85 años y lleva más de 60 como artista plástico intentando comprender qué significa el caos y sus implicancias en el mundo del arte y la creación. “Se trata del concepto con el cual sintetizo mi motivación, ese desconcierto frente al mundo. Cuando era joven, lo confundía con la palabra ‘desorden’, ahora no, porque el caos es la vida misma, no tiene contrarios. Orden y desorden son categorías estáticas, en cambio, el caos es algo que fl uye en la vida continuamente, con sus contradicciones y dialécticas internas”, explica. En la actualidad, se orienta a entender el lugar del artista en ese contexto. “Hoy, cuando hablo de estructura, no me refi ero a ponerle orden al caos. Es la estructuración que uno hace para entenderse a sí
mismo en el caos que constituimos”, sostiene.
Tiene el pelo canoso, no usa bastón y le sobran ganas de seguir pintando y escribiendo. Del mañana le preocupa tenerlo para seguir impulsando proyectos. “No sé cuál será mi aporte al futuro, lo sabrán los otros. El futuro es una cosa imposible de percibir. Creo que cuando uno lo predice, se equivoca, porque en el
caos de repente ocurre lo insólito. No tengo idea de qué será mi obra en el futuro, es probable que muchas terminen en el tacho de basura, como lo hice yo con varias en el pasado”, dice riendo.
¿La última muestra que viste?
J. M. W. Turner. Acuarelas, en el Museo Nacional de Bellas Artes.
¿Un artista que recomiende?
Ninguno, decir uno me cuesta, es decirle a otro no. Elegir uno me parece un acto de injusticia.
*Publicado en revista Convivimos. Marzo 2019.