cho actores rechazaron la propuesta de ponerse en la piel de Emmanuel Goldfard, un periodista al que invitan a hablar frente a estudiantes secundarios sobre ser judío. Cuando Un judío común y corriente, el texto de Charles Lewinsky, llegó a las manos de Gerardo Romano, no dudó. Dice que encontró la posibilidad de adentrarse en una pieza que aborda con profundidad un hecho histórico tan complejo como el holocausto Nazi. “Es una situación bisagra de la humanidad, no hay nada más comunicado que el holocausto. Lo podés hacer desde el Tibet a Nueva York porque es universal, la gente lo conoce y lo padece, porque duele a la condición humana”, le contó a ENREDACCIÓN a días de presentarse en Córdoba.
Es tal el compromiso emocional que tiene con la obra, que los cinco años que lleva en cartel no le generan ningún tipo de cansancio. “La profundidad del vínculo es lo que lo compensa”. Fue el boca en boca de la gente lo que posibilitó el éxito del unipersonal que protagoniza. “Cuando alguien ve una buena función, donde el actor se entrega y tuvo a otras quinientas personas en absoluto silencio, inoculás un germen. Y si además los hacés llorar y reflexionar, generás la necesidad de ir y contar la experiencia. Eso funciona como un llamador fundamental”.
Se confiesa espectador de teatro independiente, pero que de las butacas del cine se alejó hace un tiempo. “Fui muchísimo, pero dejé de ir cuando empecé a adivinar los finales, los principios y los durante. Hay buenas producciones, pero las historias humanas no son tantas, Edipo es Edipo y ya está. Los dramas humanos están concentrados y son relativos, varía la forma de contarlos”. En ese sentido, piensa que la injusticia es una fuente generadora de mucha riqueza dramatúrgica.
Es cauteloso cuando proyecta hacia adelante, prefiere ir paso a paso y se lo atribuye a su edad. “A esta altura del partido, si uno se enamora no habla del futuro, no vende globitos amarillos, vive el día a día y construye así”. En su futuro inmediato está la visita al Teatro Real y el estreno de la tercera temporada de El Marginal (donde interpreta a Gerardo Antín). También, pronto se lo podrá ver como Carlos Ferro Viera en Sueño bendito, la serie sobre Diego Armando Maradona.
¿Qué valor tiene Un judío común y corriente?
Habla de temas fundamentales del alma humana, los cuales no se tocan en cualquier obra, no lo ves en cualquier escenario. Alguien que ve la obra aprende cosas, reflexiona sobre situaciones que, probablemente, antes no haya tenido por ese camino. Y eso es modificatorio, por el mero de hecho de percibirlo.
*Publicada en www.enredaccion.com.ar el04/07/2019.