Trabajando con la infancia, Magdalena Fleitas descubrió que faltaba un cancionero para que los chicos de primaria expresen su etapa de crecimiento. “La música ayuda a la comunicación, permite practicar la escucha y es el alimento del alma. Entonces hay que ser responsables con lo que ofrecemos, el sonido es una fuente de transformación”, explica la cantante y compositora. En el rock nacional encontró lo que necesitan “porque habla de los sentimientos de amistad, de rebeldía, pueden cantar tristezas o protestar. Le pone voz a lo que viven, les da herramientas y recursos para atravesar la vida”. Por eso, eligió cuidadosamente los clásicos que se adaptan a los nuevos paradigmas sociales, como el respeto por la diversidad, y editó Risas del rock. “Son canciones que forman parte de nuestra identidad, el rock también es folklore. Los chicos tienen el derecho a acceder a esta música porque es un género que integra generaciones, es un puente entre abuelos, padres y nietos. La música debe ser un lenguaje compartido, para ser verdadero, debe integrar a la comunidad”, sostiene.
En la era del single, el disco contiene 27 tracks que incluyen las voces de los más chicos, porque el micrófono quedó abierto para que sean los protagonistas. “Es épico”, bromea, y agrega que frescura, espontaneidad y juego fueron las energías principales durante la grabación.
¿Lo último que estuviste escuchando?
Canciones de Xabier Díaz.
¿Un disco que recomiendes?
Cualquiera de León Gieco.
Publicada en revista Convivimos. Marzo 2020.