Con actitud y confianza, puso su propio nombre de moda. Chica digital, referente del fashion argentino, inspira a otros a emprender.
Por Dai García Cueto Foto Gentileza Rafael Delceggio
Lucía Ugartetuvo su mejor momento profesional siendo desempleada. Hace siete años estaba sin trabajo, pero una frase en las redes sociales la motivó a inventar uno propio, hecho a medida de sus gustos y en el que fuera su propia jefa. Amiga de lo virtual, con 500 pesos prestados por su papá registró el nombre de “Chicas Guapas”, un magazine digital que se convirtió en programa de televisión con proyección internacional y sin techo para su crecimiento. Alrededor de la moda, el estilo de vida y los eventos armó su comunidad, sumando un nuevo título a su carrera, el de influencer de quienes, como ella, se animan a arrancar de cero. Dedicada full time a su proyecto, lejos de guardarse los secretos de su éxito, compartirlos con los demás es parte de sus pasiones.
Sus primeras seguidoras fueron las mamás de los fans de Topa, el personaje infantil de cuyo espectáculo fue parte entre 2009 y 2013. Al bajarse del escenario, se encargaba de la cuenta de Twitter del show, descubriendo un mundo que le apasionaba tanto como la actuación. Licenciada en Artes Combinadas por la UBA, eligió Harvard para especializarse en Administración de Empresas. Actualmente, además de CEO
de Chicas Guapas, es embajadora de marcas prestigiosas, fue notera del programa Incorrectas, de Moria Casán, y llegó a conducir el Argentina Fashion Week. Entre los múltiples roles que asume, disfruta de la faceta de entrevistadora, porque le interesa descubrir cómo fue todo antes de un resultado final positivo. “Todos comenzamos en algún momento, me conmueve la historia del esfuerzo. La suerte te tiene que encontrar trabajando y en eje entre lo que querés hacer, cómo y quién sos”.
¿Tips para ser una “chica guapa”?
Mirarse al espejo y aceptarse; si no, te la pasás trabajando para la mirada externa. Hay que potenciar las virtudes y amigarse con los defectos. La actitud es confianza en vos mismo, en que podés conseguir lo que
te proponés. Ese proceso hice yo. Soy muy pragmática, enseguida armo el plan de acción, producir es buscar el plan A, B y Z de lo que querés lograr. No hay imposibles. Además, hay que ser honestos con lo que se desea, es una pregunta obvia, pero que no nos la hacemos seguido.
¿Con qué defecto te amigaste?
Mis piernas. La primera publicidad importante de Chicas Guapas era una campaña de piernas relajadas. ¡Qué paradójico! El debut era con mi complejo. Pero así acepté que esta es mi realidad, me amigué conmigo y me sentí más linda. Entonces, transmitía seguridad. Si me ves, soy una mina normal, lo que genera empatía con la gente.
¿Una frase te inspiró a inventar tu trabajo ideal?
Me gustan las frases, sobre todo ver lo que generan en el otro. A mí me movilizó una en Pinterest, porque se vive en la vorágine de cumplir objetivos sin preguntarse si eso es realmente lo que te hace feliz. En su momento, me frustré porque no podía acompañar a un artista en su show, pero tal vez tenía que crear mi
propia obra. Elegirme a mí misma fue la clave. Nadie me elegía, lo tenía que hacer yo. Qué importante que pude hacerlo, si no, creemos que debemos esperar a que otro nos elija.
¿Qué es ser influencer?
Cada uno en su círculo íntimo lo es de alguna forma, pero con las redes sociales llegamos a más personas. Que el otro quiera descubrirte y conocerte implica ser responsable con ese rol. Al transformarse en negocio, entran las marcas. En mi caso, investigo a cada una con las que trabajo. He dicho que no, porque el producto no es sustentable o porque no comparto el mensaje, como el consumo alienado. Para aceptar, tiene que estar cerca de los valores que profesamos en Chicas Guapas, como la honestidad y la responsabilidad social. En mis redes comparto un viaje que hice, emociones del día, entonces la otra persona no ve solo la marca, sino una historia de vida sincera y real. Un influencer tiene que ser honesto para perdurar en el tiempo.
¿En qué te gusta ser influencer y en qué no?
Inspirar, que cualquiera se anime a crear su proyecto de cero. Se nota que hay pasión en lo que hago, se identifican con la historia. No me gusta que se me relacione con el consumo obsesivo y desenfrenado. Cuando viajo a Miami, todos me preguntan “¿Qué te compraste?”, y la verdad es que no estoy comprando todo el tiempo. Además, me encanta la moda argentina. También me gusta transmitir el cuidado de la piel, meditar, equilibrar interior y exterior. No soy una gurú, soy alguien en equilibrio que se anima a concretar sus sueños en todos los ámbitos.
¿Te sentís privilegiada?
Más que privilegiada, resiliente. Me siento una gran remadora. En un momento me preguntaba por qué me
cuesta tanto, y mis papás me dijeron “A todos nos cuesta”. El privilegio lo busqué y lo construí trabajando todo el tiempo por las oportunidades.
LECHE CON CAFÉ
Hablar de café la tentó para tomar uno. Mientras prepara su preferido –con más leche que café–, cuenta que a veces utiliza leche de coco o de almendras. “Me gusta que tenga mucha espuma y acompañarlo con un bol de cereales y frutas”, agrega desde la casa de su novio, Pablo, en Miami, donde la sorprendió el avance del coronavirus, por lo que modificó su regreso a Buenos Aires. Durante la cuarentena, una cita infaltable son las clases virtuales de gimnasia, porque hacer actividad física le da “energía positiva”. Dice que también se prepara baños de inmersión caseros.
*Publicada en revista Convivimos. Junio 2020.