“Dedicarse a cantar tango es un berretín”, dice María José Rojas (48). Con más de veinte años como cantante profesional, sabe que el género ofrece más riesgos que seguridades. “Es bastante loco elegir el tango porque está muy desprestigiado. A pesar de ser nuestro, es poco reconocido económica y culturalmente y, en realidad, es una lucha constante de buscar espacios, de encontrar apoyos. Clásico o corrupto, al tango le falta ser más difundido y apreciado”, le cuenta a ENREDACCIÓN.
Cautivada por las orquestas, el sonido del bandoneón y la poética de las letras, se quedó con el 2×4. “En otra vida debo haber sido de la bohemia del tango”, justifica su pasión por el género. Cordobesa de nacimiento, la tonada le desaparece cuando canta, pero inevitablemente las vocales se le arrastran al hablar. “Es algo natural, no es que lo esté pensando o manejando”, sostiene tras veinte años de carrera.
*Publicada el 12 de agosto en www.enredaccion.com.ar