Malva era un tesoro, la única testigo de la historia de la homosexualidad y transexualidad en Argentina. Hasta que Carina Sama se encontró con ella, solo existían registros fotográficos del archivo policial. Malva era una travesti de 95 años, cuando la esperanza de vida promedio de las travestis en nuestro país es de apenas 35. Llegó a Argentina en el ’43, luego de cruzar a pie la Cordillera de los Andes, desde su Chile natal.
Cuando Sama leyó el libro Mi recordatorio, la autobiografía de Malva, supo que quería investigarla a fondo. Filmó Con nombre de flor, un documental para contar su vida y, al mismo tiempo, reflejar años de persecución y hostigamiento a toda una comunidad. La película se estrena este viernes 28 de agosto por Cine.ar y es parte de una trilogía que comenzó con Madam Baterflai y terminará con La paloma.
*Publicada el de septiembre en www.enredaccion.com.ar