Después de escribir Matar a la niña, su primera novela, Agustina Bazterrica pensó que no publicaría una segunda. Sin embargo, lo logró y editó Cadáver exquisito, por el cual recibió el Premio Clarín 2017 y se convirtió en un éxito que traspasó fronteras e idiomas. “Ahora estoy investigando para la próxima. Uno va abriendo compuertas mentales, tal vez la de novela se abrió definitivamente”, confiesa. Antes probó con el cuento, y una selección de estos fue reunida en un nuevo título, Diecinueve garras y un pájaro oscuro. Su favorito es Lavavajillas: “Cada vez que lo leo, me rio de nuevo, me da ternura la protagonista”, cuenta
Autoexigente, cada vez intenta escribir la mejor obra posible. “Tengo claro que los premios no garantizan nada y que cuando te la creés, dejás de escribir. Y voy a seguir escribiendo por más que no funcione un libro o pase lo que pase. Escribir es mi motor”, dice la autora.
En el caso de Cadáver exquisito, donde narra un futuro de canibalismo, piensa que ayudó el “boca en boca” de los lectores, “porque el libro quema y, al terminarlo, necesitan comentarlo con alguien”, sostiene.
“Las distopías hablan de la época en las que están escritas. Además, tienen un punto de contacto con las utopías, porque una crítica también se puede hacer desde un lugar luminoso. Yo elijo hacerla desde la oscuridad. La literatura tiene el poder de tomar el mundo y devolverlo con otra mirada”. Por eso anhela que su nueva publicación interpele y movilice a quien la lea.
¿El último libro que leíste?
Apegos feroces, de Vivian Gornick.
¿Uno que recomiendes?
Plop, Frío y Subte, de Rafael Pinedo.
*Publicada en revista Convivimos. Octubre 2020.