Las ventajas de la lactancia materna son múltiples. De qué manera influyen la información, los mitos y el acompañamiento social en este acto íntimo de alimentación, amor y contención.
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Ala primera hora del nacimiento de un bebé se la llama “de oro”. Es un tiempo valioso, fundamental para fomentar el vínculo con la madre y la reacción ante estímulos claves para su crecimiento. Entre lo que tiene que pasar en esos primeros 60 minutos, está tomar la teta. Si eso sucede, automáticamente se activan múltiples beneficios para el niño. La primera leche materna, a la que se llama calostro, es la mejor vacuna que puede recibir, pues contiene los anticuerpos que necesita el sistema inmunológico del recién nacido.
Si bien en los últimos años se ha avanzado en la difusión de la importancia de la leche materna en el crecimiento saludable de los bebés, todavía existen mitos o desinformación que se cuelan en las salas de neonatología o en los entornos familiares. Es frecuente que las mujeres que intentan iniciar un vínculo de lactancia con su bebé escuchen “Ese pezón no sirve” o “Tu leche no le hace bien”. Tales comentarios no poseen sustento científico y solo obstaculizan la concreción o continuidad de la lactancia. Así lo afirma Stella Baravalle, presidenta de la Subcomisión de Lactancias de la Sociedad Argentina de Pediatría de Córdoba. “Son frases que influyen en la emoción materna y, por ende, en sus hormonas. Cuanto más cerca está el bebé de la madre, más veces al día se prende, incluso antes de que llore, para estimular la producción. Siempre a demanda del niño o la niña”, asegura la médica.
En la Argentina, según la 2° Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, inician la lactancia cerca del total de los nacidos, pero los valores descienden a medida que pasan los meses. El mismo estudio del Ministerio de Salud (MSN) indica que, en el primer mes, el 65,8 por ciento de los bebés son amamantados, mientras que al cumplir los cinco meses solo el 31,4 por ciento continúa con la leche materna como alimento exclusivo. “Hay que analizar la causa del destete en la Argentina. La mayoría de las madres argumenta razones relacionadas con la desinformación, los mitos o la falta de apoyo”, advierte Alejandra Galván, integrante de La Liga de la Leche Córdoba.
Por esta razón, para Ana Pedraza, médica pediatra y neonatóloga, es importante que el apoyo en torno a la lactancia sea desde la internación de la mamá y más aún cuando se le da el alta. “La consulta de lactancia debería considerarse una urgencia, se salvarían muchas lactancias. Así, ante cualquier duda, la madre puede preguntar y ser asesorada. Es fundamental evitar la leche de fórmula”, afirma quien integra la Fundación para la Salud Materno Infantil (FUNDASAMIN). “También es importante enseñarle cosas técnicas a la mamá, que es la clave para que la experiencia sea exitosa. Por ejemplo, cómo sentarse o cómo sacarse leche”, indica Pedraza.
“El amantar es un proceso cultural, que se construye socialmente, sin embargo, la crianza se ha convertido en algo que se hace en soledad”, dice Galván. Entonces, la lactancia no es responsabilidad exclusiva de la madre y el bebé, todo el entorno debe generar las condiciones para que sea posible. Desde la pareja y la familia hasta los diferentes actores de la sociedad, incluyendo el Estado.
MÁS QUE ALIMENTO
La recomendación de la OMS y UNICEF es mantener la lactancia materna como alimento exclusivo durante los primeros seis meses. Luego, sugieren continuar por lo menos hasta los dos años, a demanda del bebé y la madre.
Para el lactante los beneficios son significativos. La lista incluye aportes al desarrollo sensorial y cognitivo, la protección frente a las enfermedades infecciosas y crónicas, y contribuye a la disminución de la morbi-mortalidad neonatal. También impacta a largo plazo, ya que, por ejemplo, ayuda a reducir las probabilidades de sobrepeso en la adultez.
Stella Baravalle, quien además conforma la Mesa de Trabajo de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud de Córdoba, suma los aportes que también tiene a nivel emocional: “Al favorecer un vínculo de exclusividad con la mamá, le brinda seguridad al bebé. De esta manera, crecerá con mayor confianza en sí mismo y será más alegre. Incluso los chicos que tomaron leche materna tienen mejor desarrollo social y escolar”. La mamá también se beneficia dando la teta, porque hacerlo le ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer de ovario y mama.
Con tantos efectos positivos, Alejandra Galván se pregunta: “¿Por qué no estaría recomendado dar leche materna?”. La integrante de la Liga de la Leche sostiene que nadie amamanta pensando únicamente en los aportes a la salud, “sino que amamantamos porque nos gusta, es placentero y lo deseamos”.
La lactancia materna no le hace mal a nadie. Hasta el medioambiente se vería beneficiado si la mayoría de los bebés del mundo tomaran la teta porque, entre otros aspectos, se utilizaría menos cantidad de agua potable para fabricar la leche de fórmula.
EL DESTETE
Los especialistas señalan que no existe evidencia que demuestre que la leche humana pierda sus propiedades con el paso del tiempo. En consecuencia, la lactancia materna no tiene un límite de edad, esto dependerá de los deseos y las necesidades del binomio hijo-mamá. “Es importante comprender que el destete es un proceso, tiene que ser pactado entre ellos, cada cual tiene su momento. Pero es preferible si se lo prepara con anticipación, para que no sea un cambio brusco, sino gradual”, afirma Pedraza.
A LA DISTANCIA
La leche materna se puede extraer con un sacaleche y luego conservar en el freezer hasta tres meses. El mecanismo es utilizado por muchas mamás cuando se reintegran a sus trabajos, y permite que el bebé pueda seguir tomando leche materna en mamadera facilitada por otra persona a cargo de su cuidado.