Las fotos de niños buscados pegadas en una pared de Retiro impactaron a Alejandra Marino, que comenzó a preguntarse por el ca-mino que recorren esas familias, por la maternidad –que queda como suspendida– y por el tiempo que transcurre y que aleja la posibilidad de encontrarlos. Así surgió Ojos de arena.
“Junto con Marcela Marcolini –coguionista– encontramos en el thriller una forma narrativa natural para que los espectadores se involucren con las búsquedas del film”, cuenta la directora.

Es su segundo estreno en pandemia, el año pasado presentó Hacer la vida, ambas filmadas en tiempos de precoronavirus: “Aún no sé cómo se ven las películas filmadas en la ‘nueva normalidad’. Es un tiempo muy difícil para nuestro trabajo, pocos han podido filmar. Sabemos que necesitamos de las imágenes, de las historias, así que seguimos insistiendo más que nunca en hacerlas”.

Asegura que las plataformas on demand facilitaron el contacto con los espectadores, ya que incluso antes del cierre de las salas, la cuota de pantalla no se cumplía con las producciones nacionales. “Al cine argentino le va muy bien en festivales internacionales, pero el público tiene que poder encontrarse con nuestras películas, y reconocerse o no en las historias”.

¿Una película que recomiendes?

Una joven prometedora, de la directora Carey Múlligan. ¡Y todas las pelis argentinas!

*Publicada en revista Convivimos. Marzo 2021.