“CON EL TEATRO SE ME ABRIÓ EL MUNDO”. PAULA GRINSZPAN

La actriz se luce con sus trabajos en teatro, cine y series. Además escribe, dirige y ama la docencia. Charla con una chica tímida que hace reír.

El día de su primera clase de teatro, Paula Grinszpan no se animó a entrar y se volvió a su casa. “Tenía muchas ganas de actuar, eso fue a mis quince años, pero era y soy muy tímida. Después volví y se me abrió el mundo”, le cuenta a Convivimos por videollamada. Sin embargo, le costaba decidirse por su vocación y estudió Periodismo, donde se encontró con la escritura. En paralelo seguía tomando clases de actuación; luego se convirtió en profesora hasta que con su grupo presentaron una obra y hoy es una de las actrices más destacadas de su generación. “La vida me fue llevando a vivir de la actuación, me fue ocurriendo, muy desde una pulsión, un deseo genuino”, recuerda.

Además de teatro, hizo cine y fue la estrella de las series web de la UNTREF (Universidad Nacional de Tres de Febrero) con Eléctrica, Psicosomática, El galán de Venecia y Tiempo libre. “Más que con el formato, me vinculo con el proyecto, eso es lo que me puede entusiasmar”, comenta.

Desde que trabajó con Lucía Maciel, también actriz, en la pieza teatral La Pilarcita, son socias creativas. Juntas realizaron el cortometraje Ensayo para salir, escribieron y dirigieron dos obras –La mamá de Brian Paraguay–, y esperan el estreno de otra, Las reinas, en la cual, además, van a actuar. “Nos sentimos muy cómodas, nos complementamos, nos divertimos y pensamos en la misma dirección, nunca me había pasado algo así. Tenemos un montón de proyectos y no paramos de hacer cosas desde el deseo”, describe.

Contás que eras muy tímida. ¿Qué encontraste en la actuación?

Fue un despertar total y un gran refugio en todo sentido. No la pasaba muy bien en el colegio, me costaba mucho socializar, y en teatro me encontré con gente afín. Desde la primera clase sentí mucha libertad y mucho juego, que es lo que me sigue copando ahora. Lo lúdico me interesa mucho en lo actoral.

¿No te hizo perder la timidez?

Sigo siendo tímida. Ya ahora quizá un poquito menos, porque no me queda otra. Teóricamente, los actores no son tímidos, pero para mí sí, hay muchos que lo somos. Actuar no tiene que ver con la timidez, podés ser demasiado tímido, pero al actuar, actuás.

¿Por qué decís que no tienen que ver?

Al actuar hay algo del estar presente, entonces es como si te olvidaras de todo. Y estás muy en contacto con lo más lúdico de una, la niña interior, sin ninguna traba de nada. Yo actuando encuentro un nivel de libertad y presencia insospechadas, como si no las conociera, voy hallando cosas de mí que no sabía que tenía. Eso me parece interesante de la actuación.

¿Qué te gusta de ser docente?

Me gusta mucho acompañar en los procesos a quienes quieren probar actuar, ni siquiera a quienes quieran dedicarse a esto, es para todos, porque hay algo de la actuación que de verdad te abre otras zonas. La docencia es acompañar y habilitar al otro a que pueda encontrar eso que no conoce. Me parece fascinante, la paso muy bien, el vínculo con mis alumnos me enriquece en todo sentido, es de mucho amor y entrega.

¿Qué es lo primero que decís en una clase?

Se trata de desarmar y no de armar, de desarmar las ideas que uno tiene sobre la actuación, de ir encontrando aquello que no sabemos que tenemos y de salir de la idea de la productividad, de dejar de hacer cosas y más bien dejar que ocurran, solo ser testigo de ese proceso. Además, me parece muy importante ver trabajar a los compañeros, es muy inspirador, incluso a veces uno aprende más observando al otro.

¿Escribiendo y dirigiendo también te encontrás cosas tuyas?

No me pasa tanto, porque escribo y dirijo más desde la actuación, como si fuera la fuente de lo otro. Me sale pensar todo desde lo actoral, no desde la estructura dramática, por eso hay algo más de deforme, de intuición.

¿Cuál es tu búsqueda actoral?

Me parece que hay algo que me sucede con el humor, porque todo se me va para ahí indefectiblemente. Sin embargo, esa búsqueda desde el humor no es el chiste, sino algo más atmosférico, de la incomodidad de las situaciones dramáticas que generan humor, como si el humor fuera consecuencia de esa incomodidad. Me interesa esa zona de actuación, más desde la vulnerabilidad. Eso me sucede, ni siquiera es consciente, es algo intuitivo también.

¿Seguís tomando clases?

Hace mucho que no lo hago, pero he vuelto cada tanto a lo de mi gran maestra Nora Moseinco. Siento importante estar en contacto con el ser alumna, porque me parece inspirador seguir entrenando la actuación.

CAFÉ EXTRAÑO

“Tengo gustos extraños”, confiesa entre risas y continúa: “No me gustan las infusiones. No tomo café, aunque me gusta más que el té. Mate tampoco”. Paula nació en la ciudad de Buenos Aires en 1983. No le gusta el frío, los días de poca temperatura le cuesta levantarse de la cama. En cine protagonizó Breve historia del planeta verde Masterplan, además participó de Zama Relatos salvajes en la escena de la boda. También tiene un corto propio, No sé María.

cafe con paula g

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*Publicado en revista Convivimos. Agosto 2021.