“Si a la pregunta de qué querés hacer con tu vida, la respuesta de un adolescente es “no sé”, es el momento de pedir ayuda, es mucho más grave que una caries. Que un chico o chica no tenga sueños o que nada le guste, es preocupante”, señala la psicopedagoga Liliana González. Para la especialista parte del problema radica en una crisis del lenguaje y sostiene que en hablar con ellos desde que son bebés, se encuentran las claves para un mejor desarrollo.
Acaba de lanzar Tiempo de conversar donde analiza la pérdida de valor de la palabra y la incapacidad para dialogar que se manifiesta en la actualidad. Según la autora, este nuevo libro es una continuidad del anterior, Volver a mirarnos, el cual se centró en la pulseada entre los dispositivos tecnológicos y el verse a los ojos. “La primera etapa era lograr arrancar la vista de las pantallas un minuto y encontrarnos con el otro. Y una vez que te encontraste con la mirada, tiene que surgir la palabra, si es un encuentro que te interesa surgirá. Nos parece que la palabra ha sufrido mucho con el avance tecnológico, la hiperocupación, con la cadena productiva, con todo lo que nos viene restando tiempo real con el otro”, explica.
*Se publicó en www.enredaccion.com.ar, el 6 de septiembre 2021.