Le dio un giro a su carrera de periodista y se convirtió en una de las booktubers más conocidas del país con su proyecto Por qué leer.
Foto: Gentileza Dana Cartannilica – Agustina Jaurena
Nos han transmitido que la lectura no es un placer. En la escuela se interpreta como una obligación, a veces como castigo, y nos quedamos con esa idea. Mi mensaje es que la lectura da placer, disfrutémoslo y juguemos a ser lectores”, dice Cecilia Bona (33), la creadora de Por qué leer, una multiplataforma para contagiar la pasión por los libros. “Se llama ‘Por qué leer’ y no ‘Qué leer’ porque quiero darte razones para que encuentres una que te llame la atención y te haga ir a buscar determinado libro. No bajar línea, eso es contraproducente”, cuenta por videollamada desde su casa y oficina en Mataderos, Buenos Aires.
Se reconoce muy entusiasta y con energía de sobra. Así es como su proyecto no se queda quieto y se escapa de YouTube e Instagram para convertirse también en actividades al aire libre, en un vagón de subte repleto de gente leyendo o en audiolibros que se escuchan por el mundo a través de Spotify. “Mi propuesta es salir de las redes sociales, ir a leer y volver a contarlo. Además, las diferentes iniciativas que promuevo hacen que la gente comprenda que el libro no está quieto en la mesa de luz, sino que es un puente para el encuentro con otros”, comenta con ansias de reunir todos los contenidos en un sitio web.
El principal consejo de Cecilia para elegir un libro es construir el perfil lector de cada uno “en función de sus propios intereses, no leer Borges porque hay que leerlo”. Además, recomienda compartir lecturas en voz alta con parejas, amigos o familiares. “Leer con otros genera mucha intimidad, crea una atmósfera de atención donde lo único que importa es la voz, ni siquiera la cara. Eso es hermoso”, sostiene la tercera de seis hermanos que entretenía a los más chicos leyéndoles cuentos. De niña también jugaba a la radio y la televisión; de grande se recibió de periodista.
¿Qué placer genera la lectura?
Se trata de interpretar tu disfrute, aunque no sea lindo el tema, lo que te pasa por dentro con eso que estás leyendo puede ser increíble, y ahí es donde interpretás el placer. La lectura te genera una apertura de cabeza, el placer está en el crecimiento como persona, en el dialogar con la autora, con la historia, en encontrarte con personajes que actúan de determinada manera, que después te ayudan a vos a ponerte en lugar de los demás de manera más sencilla, con una autopista más rápida hacia esa empatía.
¿Por qué querés que la gente lea?
Me di cuenta de que los lectores y aquellos que quieren leer y no saben por dónde empezar están buscando un lugar donde encontrarse con otros a los que les pasa lo mismo o que les recomienden. Entonces, dejás de concebir la lectura como un acto individual –vos solo en tu casa leyendo– para considerarla un acto colectivo, donde aunque leas individualmente o le leas a otro, llevás lo que te produjo la lectura a una charla en un grupo, y ahí nos volvemos más nutritivos, porque todos conversamos. Mi rol en cuanto a la promoción cultural es agitar a la gente a que se anime a otras formas de consumo cultural, es prender el fuego e invitar a todos al fogón a intercambiar sobre lo que les gusta, les gustó o les gustará.
¿Cuál es el mayor desafío como booktuber?
La llegada, qué material producir para alcanzar a la mayor cantidad de gente. Mi canal tiene muchos suscriptores, pero después no se traduce en las vistas de los videos. El desafío es entender por qué pasa eso y generar producciones que sean atractivas para un público lector y otro no tan lector que se sienta tentado. Es relindo que alguien te diga que porque vos comentaste tal cosa, se puso a leer o consiguió el libro. Esto más que desafíos son gratificaciones, que cuando estamos atrás de los likes, las vistas o los suscriptores, nos olvidamos de que es lo más importante.
¿Seguís definiéndote como periodista?
Soy periodista, no lo puedo evitar. Trabajo siempre desde lo periodístico, mi cabeza funciona con esa estructura. De todas maneras, mi vocación verdadera es la comunicación, usar el lenguaje de la comunicación y los medios, como YouTube o la radio, y a partir de eso difundir el mensaje. Pero no cualquier mensaje es para difundir. Entonces, investigo, busco datos, voy al lugar, transformo cada contenido en una producción periodística, que es lo que más me gusta.
¿Hay espacio en tu biblioteca para todos los libros que leés?
Es un temón el lugar que ocupan los libros. Cuando llego al límite de lo que puedo guardar, es tiempo de desprenderse y regalo a gente que conozco o los suelto por la calle o en eventos. Soltar libros me parece superlindo, es una manera de recircular la lectura, porque no siempre se tiene la capacidad para comprar un libro. Hay ejemplares que amo y no regalaría jamás, pero sí presto mucho, no tengo ningún problema.
CAFÉ CON NOVELAS
“Toda mi vida el café me pareció horrible. Hasta era parte de mi identidad, todos tomaban menos yo. Sin embargo, el año pasado descubrí el café con leche, amargo, y me encanta de desayuno con tostadas o medialunas”, confiesa una amante de los mates amargos. Como lectora, Cecilia prefiere las novelas que suceden en la actualidad y donde el nudo son las relaciones humanas. “El último que leí es Todas las cosas, de Nora Rabinowicz”, revela.
*Publicada en revista Convivimos. Marzo 2022.