“A los escritores les desvela cómo saber si se entendió lo que querían decir”, comenta Guillermo Martínez sobre un tema que a él también lo inquieta y que desarrolla en su nuevo libro, La última vez. “Por otra parte, es difícil para un autor reconocer de dónde vienen las ideas, por qué algunas persisten y piden atención antes que otras”, dice.
Con La última vez, es la primera oportunidad en que sintió una gran conexión con el material de la novela. “Nunca me pasó como en las películas, que los escritores van apilando hojas en su escritorio. Con esta historia, tuve la sensación, capítulo por capítulo, de que esencialmente lo que quería decir estaba ahí, y el primer borrador ya era bastante parecido a la versión definitiva”, revela sobre su proceso creativo. Así, a diferencia de sus títulos anteriores, escribió de lunes a lunes, ayudado por la pandemia, que le borró el calendario. “Fue algo muy bueno, porque mantuvo la llama para volver al día siguiente”, cuenta el autor de Crímenes imperceptibles.
Más que lo que se opina de sus libros, prefiere que se lean, aunque no le importa demasiado cuántos sean. “Para mí, éxito es tener algunos lectores que quieran leer todos tus libros, que quieran seguir el recorrido de tu obra”, confiesa. Publicó nueve libros de ficción y se define como un autor “gánico” (“Escribo lo que se me da la gana”).
¿Un libro que recomiendes?
Limónov, de Emmanuel Carrère.
*Publicado en revista Convivimos. Abril 2022.