¿Es posible componer tango después de Piazzolla? Esa es la pregunta que intenta responder Tango Chino, el grupo musical que nació en 2004, cuando se unieron Edgardo “Chino” Rodríguez y Fulvio Giraudo. Hoy son un cuarteto que se completa con Marcos Ruffo y Javier Kase en violín, y que continúa con la misma inquietud. “La búsqueda constante es de decir algo distinto después del desarrollo del modelo de Piazzolla”, cuenta Rodríguez.

“El género está medio estancado, y eso suele pasar después de monstruos como Astor, porque señalan un camino, pero a la vez te pueden aplastar”, dice el guitarrista y compositor, quien además se desarrolla en el mundo académico. En ese sentido continúa: “El tango se ha transformado en una especie de arqueología, hay todo un movimiento estabilizador, de consagración, de revisitar, de consideración de los clásicos, pero falta producción nueva”.

Sostiene que no es la mejor época para propuestas instrumentales, pues el contexto las ha convertido en anacrónicas. “Se está virando hacia lo multimedial, y el paradigma de la música pura está quedando en el pasado. La industria cultural ha homogeneizado como nunca, entonces cada vez hay menos espacios para la divergencia”. Por eso, piensa que si hoy Piazzolla anduviera dando vueltas por la escena nacional, “no tendría dónde tocar, no tendría público, así de simple”.

¿Un disco que recomiendes? 

A 18´ del sol, de Luis Alberto Spinetta.

*Publicado en revista Convivimos. Diciembre 2022.