“EL TANGO ES MÚSICA DE HOY”. TANGHETTO

La orquesta de electrotango está cumpliendo veinte años y lanzó un nuevo material que “rompe con la carrera misma del grupo”, asegura Max Masri, su líder y creador. Experimentación y fusión, sus claves para expandir el 2×4.

Foto: Gentileza KVK

En los inicios del 2000, Max Masri visitó a unos amigos que vivían en Alemania en una casa compartida. Durante su estadía, notó que los lugareños escuchaban música electrónica, mientras que los argentinos migrantes se encerraban a disfrutar del tango. Entre esos dos mundos, la frontera estaba bien definida, no se cruzaba. “Para mí era como un gueto de tango”, recuerda. A partir de aquella experiencia, empezó a darle forma a Tanghetto, una banda de electrotango que busca romper los límites entre estilos musicales y expandir el género.

Pasaron veinte años y, a diferencia de Carlos Gardel, para Masri es un montón. “No es nada en el sentido de que vuela, porque todavía tengo el recuerdo del primer disco que, durante años, generó la sensación de que lo que hacemos es nuevo, pero de repente pasó el tiempo y para mucha gente sigue siéndolo”, cuenta quien está a cargo de los sintetizadores, la composición y la producción.

El tango flotaba en su ambiente familiar, “como en la mayoría de los porteños, por tu viejo o tu abuela”, pero mucho no le gustaba. Sin embargo, Max se había aburrido de la guitarra clásica, tenía 17 años, ya tocaba el piano e indagaba en el rock, y estaba deseoso de aprender a componer. Entonces, una amiga de sus padres le recomendó a Virgilio Expósito, el creador de clásicos como Naranjo en flor. “A diferencia de como se percibe a mucha gente del tango, él compuso tangos tradicionales, boleros, pop, era superabierto. En ese sentido, la semilla de la apertura es algo que queda adentro”, comenta. Así fue como abandonó su banda de punk y se quedó definitivamente en la música ciudadana. “Esa rebeldía que nutre al punk la encontré en el tango, que era supermarginal, porque no estaba en el mainstream, era una cosa del pasado, sentí que era un desafío más interesante y rebelde”, confiesa.

Con Tanghetto logró rápidamente reconocimiento internacional. Además de girar por diversos países del mundo, su primer álbum, Emigrante, fue nominado a los Grammy Latino, al igual que sus otros tres siguientes trabajos. También fueron reconocidos con el premio Gardel en dos oportunidades, habiendo tenido en total seis nominaciones.

Este año lanzaron Argentinxs, el décimo álbum de estudio, al cual invitaron a músicos de diferentes géneros: “Este disco rompe con la carrera misma del grupo porque tiene temas cantados, cuando antes eran instrumentales. Y es un proceso de maduración el compartir con otros artistas”, dice.

¿Por qué hermanar el tango con el rock y otros géneros?

La fusión es el espíritu mismo del tango, nace de la fusión de la milonga, payada habanera, entre otros. Con Tanghetto seguimos ese espíritu, pero conectándonos con música de hoy, mantenemos la esencia del tango, pero le aportamos cosas nuevas. La fusión nos da esa libertad de no encasillarnos en si esto es electrotango, entonces tiene que ser de tal forma. El tango tiene que estar ligado a la libertad.

El concepto de Argentinxs habla de la identidad, ¿cómo está conformada la tuya?

Mi parte paterna es judía, la materna es católica. Al separarse mis padres, cuando estaba con uno u otro eran mundos muy diferentes. Luego, al crecer, sentí que no era ni una cosa ni la otra, era las dos o ninguna. Eso me marcó a nivel artístico, por eso quiero llevar a Tanghetto a un lugar así, donde no es tan fácil definirlo, a la vez es todo, es electrotango y es tango.

¿El tango necesita ser renovado?

Sí, en las temáticas, en las letras y en lo musical. Si te fijás, el rock se renueva constantemente, ¿por qué el tango tiene que mantenerse en formol y en otra época? Hay gente que cree que es un viaje en el tiempo, esa es una lucha constante, porque muchos al escuchar la palabra se imaginan algo viejo. Nosotros tenemos ese espíritu de aportar algo nuevo y expandirlo.

¿Son un puente entre el tango de antes y la actualidad?

Totalmente, rompimos con que el público sea solamente de tango. Por ejemplo, en México la gente que venía no conocía el tango, a través de nosotros se acercaban y se ponían a investigar más.

¿Qué te gustaría que se dijera del género?

El tango es música de hoy. También tiene su historia, como la tienen el rock o el jazz. Esa conciencia debería llegar a mucha gente.

¿Tenemos una deuda con el género? 

Hay una deuda del país con el tango, porque no hay una conciencia de lo importante que es fuera del país. La gente cuando escucha un tango lo asocia a la Argentina, eso no pasa con el rock, ni siquiera con el folklore, rock hay de todas partes del mundo, pero el tango lo escuchás y es argentino.

CAFÉ CON INCLUSIÓN 

“El café se lleva perfecto con el tango”, dice Max Masri, quien lo prefiere cortado. Cuenta que viajando probó el café con caramelo y “parece un dulce de leche”. Además de ser un proyecto innovador dentro del neotango, Tan-ghetto está comprometido con la igualdad de género y la comunidad LGBTQ+. Fue la primera orquesta en tocar en el Festival de Tango Queer de Argentina en 2007 y ha invitado a parejas del mismo sexo a bailar en varios de sus shows, incluyendo el Lincoln Center en 2018, en Estados Unidos.

CAFE CON TANGHETO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*Publicada en revista Convivimos. Junio 2023.