Osqui Guzmán ve el proceso de creación de un persona-je para la pantalla grande como un aspecto maravilloso de este lenguaje: “Es lo más contundente, lo más rico del actor”, piensa. “Te da el vértigo de no saber qué está pa-sando. El cine es el logro del director, que la escribió, la soñó. Por eso, cuando filmo, trato de no ver lo que estoy haciendo, en cambio, en la tele, sí, para entender por dón-de voy. Confío plenamente en lo que dice el director, de él depende que yo actúe bien”, cuenta el actor. Para rodar QTH se puso bajo las órdenes de Alex Tossenberger. En la cinta es el suboficial a cargo de una operación en el Canal de Beagle: “Actuar dramas de otros despierta los propios, hacer este film me llevó a lo que viví en esa época”, dice so-bre su trabajo. “La película viaja al interior de Malvinas, de la guerra, y también de los personajes, qué les pasaba con sus afectos, las relaciones que dejaron y lo que tenían que enfrentar, y que no tenían ni
idea”, agrega. Además, cree que una ficción sobre un hecho histórico genera un espacio de entrenamiento de la memoria.
¿La última película que viste?
Chocolat, de Roschdy Zem.
¿Una que recomiendes?
El vestidor, de Peter Yates.
*Publicado en revista Convivimos. Junio 2017.