“Mi teatro desorienta a los críticos de turno”. Rafael Spregelburd

Rafael Spregelburd actúa, escribe y dirige, pero confiesa que la actuación es lo que mejor lo ata a la actividad teatral. “Es actuando como comprendo lo que debo escribir para la próxima vez”,  asegura. “Me arriesgaría a decir que tengo enormes libertades como autor, enormes limitaciones como actor, y muchos motivos de enojo como director”, agrega. El ejemplo de estos tres oficios está en La Terquedad,  que dura más de 3 horas y su extensión es una de las razones por las que  “en general no parece haber obras mías que sean muy predecibles”. Continúa: “Casi nunca hago lo que se espera de mí. Cada vez que he sentido que tenía entre manos una obra bien posible de hacer, me costaba encontrar teatros que se interesaran en ellas. En cambio, cuando propongo materiales aparentemente inviables, las puertas se han abierto con mayor facilidad”. No es muy consciente de lo que el público pueda querer, así que lo trata con el mismo respeto con el que se trataría a sí mismo sentado en la butaca. “Mi teatro está en permanente búsqueda. Esto puede desorientar a los críticos de turno, que muchas veces no saben por dónde encasillarme. Mi teatro es híbrido y mestizo. Cultivo un teatro narrativo, más cerca de la literatura que de la performance. Es un teatro que se puede leer e imaginar”, define.

¿La última obra de teatro que viste?

El ritmo, de Matías Feldman.

¿Una obra que recomiendes?

Ubú Patagónico, de Mariana Chaud.

CONVIVIMOS EN ESCENA RAFAEL SPREGLBURD

 

 

 

 

 

 

*Publicado en revista Convivimos. Junio 2017.