“Soy la suma de las partes. Antes buscaba elegir y me frustraba porque era imposible, iba en contra de lo que sentía. En vez de restar, mi identidad es la suma de todas. Todas esas conviven en una, y el resultado es un solo sonido”, le cuenta Timna a Convivimos. Argentina, brasilera e israelí, se reconoce en la mezcla de sus raíces, por eso títuló a su primer disco solista I, yo, eu, y la portada son tres Timnas formando una. “Al aceptar todo lo que es parte de una, como es, llega la belleza del arte”, dice.
Sus padres son argentinos, se conocieron en Israel y allí nació ella hace 33 años. Luego se mudaron a Brasil, donde pasó su infancia y adolescencia. Comenta que siendo un país que le da mucha importancia a la música popular, era habitual escucharla en la radio. “La música brasilera es tan rica que me siento afortunada de haberla absorbido. Me siento muy cómoda, la siento mía”. En su casa, el folklore nacional también estaba presente a través de Mercedes Sosa o “el Cuchi” Leguizamón. “Es la música que más remite a mis raíces, es lo que escuchaban mis papás”, y confiesa que lee y escribe mejor en portugués.
Escribió su primera canción a los once años, sin embargo, hasta el momento había mostrado tímidamente solo un par de sus composiciones. “Me faltaba un empujoncito para creer que mis temas podían salir a la luz. Asumirme como compositora fue un paso importante como mujer. Decir que no solo soy la intérprete, tengo cosas para decir y me animo a decirlas. Fue difícil, es un proceso y lo estoy llevando”, cuenta. “Tanto en la música como en el mundo, es el momento de que haya mujeres felices y enteras. Mujeres atrevidas, que nos animamos a lo que queremos lograr, sin dejarnos intimidar”, agrega.
Con I, yo, eu dio ese gran salto, firmó la mayoría de los tracks, grabó con músicos reconocidos del mundo; y tanto el sonido como el mensaje son fieles a su esencia. Con el disco en mano, lo describe como una aventura con muchos paisajes.
“Desde que empezó la cuarentena, por lo menos he escrito unas 30 canciones. No lo puedo frenar y no quiero. Es una terapia”, cuenta desde Tucumán, donde la sorprendió la pandemia. Su familia vive ahí, ella está radicada en Nueva York. “En las composiciones nuevas, me estoy yendo hacia lo profundo de mí misma, cada vez más adentro”, adelanta.
¿Último show que viste?
Mujerío, donde compartí con Cecilia Zabala, Lorena Astudillo y Flor Giammarche.
¿Uno que recomiendes?
Estoy fascinada con el músico iraní Mehdi Amin.
*Publicada en revista Convivimos. Octubre 2020.