“No le tengo miedo a la muerte, sí a retroceder en la vida. Creo que podemos envejecer o crecer, intentaría ir por la segunda opción: tener más conocimientos, ser más abierta, mejor persona, tener más paciencia, eso se trabaja y uno tiene que ser consciente diariamente de eso”, confiesa Natalia Oreiro, quien acaba de estrenar Casi muerta, una película en la cual a su personaje solo le queda un mes de vida. “Siempre es difícil interpretar un papel que tiene una dolencia particular, como Evita, pero intento tomarlo con la naturalidad que tiene el ciclo de la vida, todos nos vamos a morir, entonces el desafío más grande es qué hacemos para que el día a día valga la pena”, expresa la actriz, quien se reconoce optimista por naturaleza y con sentido del humor.
Por eso, está feliz de regresar a la pantalla grande con una comedia. “Uno puede emocionarse desde la risa o incluso sensibilizarse hasta llorar, porque se humanizan las situaciones y los personajes. Me gusta el humor real, sentido, no el absurdo, donde muchas veces las consecuencias de lo trágico terminan sacándote una sonrisa como espectador. Trato de involucrarme en proyectos que tengan un anclaje en lo cotidiano, que una persona pueda identificarse con ese personaje. Me gusta mucho bucear en el humor y en toda la diversidad de sentimientos”.
¿Una película que recomiendes?
Un tranvía llamado deseo, de Elia Kazan.
*Publicada en revista Convivimos. Julio 2023.