“SOY UNO DE LOS GRANDES DEL HUMOR CORDOBÉS”. FLACO PAILOS

Está cumpliendo 40 años de carrera y los festeja con una gira por Europa y la Argentina. “No he tenido momentos malos, he disfrutado un 90 por ciento, por eso los celebro”, asegura. 

Fotos: Cecilia Casenave

Sin falsa modestia, Fernando «el Flaco» Pailos se asume como un referente del humor cordobés. Divide en pares los nombres, de acuerdo con la temporalidad, y se ubica en el medio, contemporáneo a Doña Jovita, entre Carlos “El Negro” Álvarez y Cacho Buenaventura y las nuevas generaciones. “No lo digo yo, lo dice la gente”, y recuerda una nota de La Voz del Interior que consideró el diploma que lo certifica.

Este 2023 está festejando sus 40 años de artista. Mientras daba sus primeros pasos como músico en los bares de Córdoba con el dúo Solsticio, coqueteaba con carreras universitarias. Es que su papá no le daba la libertad para seguir su vocación, e insistía con que se recibiera de algo. Así, estudió cinco: Ciencias Políticas, Abogacía, Música en la Escuela de Arte, Oceanografía y Fonoaudiología. En esta última tuvo más éxito: quedó a pocas materias de la tecnicatura y durante el cursado tuvo varias novias. “Era el único varón entre varias mujeres”, aclara.

Sin embargo, terminó saliéndose con la suya. Con los años, el dúo se transformó en trío y apareció el humor, casi sin querer. Nadie les prestaba atención durante un show de Los Viejos Pescados, entonces se le ocurrió contar un chiste del Negro Álvarez y todo cambió. Desde ese momento, las partes humorísticas del espectáculo ganaron peso e inclinaron la balanza.

Por eso, de las cuatro décadas que celebra, una fue su etapa como músico, y las otras como humorista, siempre con la música a su lado. Hizo más de veinte temporadas en Carlos Paz, con espectáculos de gran producción, con despliegue de escenografías y elencos artísticos.

“Terminada la gira europea, en julio recorro el país, tengo fechas en San Luis, Rosario, Mar del Plata, Mendoza, San Juan, entre otras, y luego, de nuevo Córdoba el 12 de agosto. No quise hacer doble función el año pasado, porque era como festejar dos veces el cumpleaños, ahora que ya arrancó sí. Estaba preocupado por cómo iba a armar el show, pero quedó precioso, es un resumen bárbaro de estos 40 años”, dice emocionado y asegura que los infaltables de su repertorio son Los borrachos, La Cenicienta y Tarzán.

Antes de subir al escenario, en cualquier parte del mundo, se lava las manos con jabón. “No es a lo Poncio Pilatos”, aclara sin una explicación del porqué de su cábala.

¿Qué balance hacés de estos 40 años? ¿Son todas celebraciones o hay autocrítica?

Desde que empecé a subir a los escenarios con el dúo en los 80, siempre lo disfruté y he tomado todo como experiencias. Lo que me pudo haber dado pena es cuando esas agrupaciones se disolvieron y seguía solo, tanto el dúo como el trío de humor. Después, cuando me casé y tuve hijos, no todo el tiempo era dedicarme a ser artista, sino a ser padre y esposo. Hablando de mis 40 años como artista, un 90 por ciento lo he disfrutado. No he tenido momentos negativos ni sufrido cosas malas, por eso los estoy festejando.

¿Hubo algún momento bisagra? 

Todos fueron momentos que disfruté. Hace unos años, me invitaron a una conferencia donde había gente de distintos rubros que contaba cómo había llegado al éxito. Todos hablaban de la parte comercial, yo hablé de los sueños. Al principio soñaba con cantar y terminé cantándole a la gente; cuando surgió lo del humor, también. Hay varios momentos bisagras desde la primera vez que subí a cantar, como cuando armé mi propia banda, y en el humor, cuando participé de VideoMatch en el 2000. Me acuerdo de que mi chiste duró un montón, el productor me decía que cortara y Tinelli que siguiera. Hoy está en YouTube y tiene unos diez millones de reproducciones. Después de eso, quedé en el staff, estuve un año, y como el programa se veía mucho, tuve un conocimiento más nacional. Puede ser una bisagra porque me conoció más gente y me empezaron a convocar de todo el país. Esos momentos me estimulan, más que quedarme pensando o dormirme en los laureles, me dan motivación para seguir buscando e ir hacia adelante.

¿Te considerás uno de los grandes del humor cordobés? 

Sí. No lo digo yo, lo dice la gente o cuando voy a otras provincias me presentan así.

¿Cuál es tu marca distintiva? 

Todos tenemos un poco de todo. A mí me surge naturalmente, puede ser un poco la impronta de transformar historias largas, como Tarzán o Cenicienta. También, cuando empecé a hacer espectáculos cambié un poco esa postura del humorista cordobés de traje y corbata, con la guitarra en la falda, cantando pedacitos de temas y contando chistes. Me animé a algo más, a poner escenografía, bailarines, magos, cantantes, buscar temáticas y armar shows con humor, mezclando chistes con canciones, y escribir sobre eso, donde salía disfrazado de Dios, de pirata, de 1810. Ese puede ser mi distintivo, fui el primer humorista, y no sé si el único, que plasmó arriba del escenario este tipo de espectáculos con bailarines, vestuarios, que todavía tengo guardados.

¿El humor fue una casualidad o era una vocación? 

Primero como músico no sabía qué iba a pasar, no sé si cantaba bien, mal, más o menos, digamos que cantaba “simpático”. Cuando vi esa fusión de la música con el humor, encontré la combinación perfecta. Nunca abandoné la música en mis espectáculos, o toco instrumentos o hay músicos. También, en la escuela era un tipo gracioso, participaba en los actos, los armaba, imitaba a los profes, tenía esa veta. Además, viene por mi viejo, que a pesar de que era ingeniero y quería que todos fuéramos profesionales, en las reuniones familiares era el que cantaba, tocaba la guitarra, hacía chistes… Quería ser un trovador, en alguna época lo fui, pero que la gente se divierta también es lindo, es la otra pata.

Para el show de los 40 años, le pediste al público que eligiera chistes de tu repertorio, ¿alguno te sorprendió?

Muchos, llegaron miles de mensajes a las redes sociales. Los que más me pidieron son los clásicos, los cuales tienen una parte al final del show. Me sorprendió que hubiera gente que se acordara de cosas que yo ni recuerdo.

JAJA 

El Flaco recibe a Convivimos en el estudio de Radio JaJa, donde todas las mañanas conduce El mañanero. Orgulloso del espacio, muestra cada rincón y cuenta sobre las modificaciones de la casa que alguna vez habitó con su familia en el barrio Los Naranjos, de Córdoba Capital.

Sobre la mesa, entre los micrófonos, está el Martín Fierro Federal que ganó por el programa. Como humorista, obtuvo varios premios y editó diez discos, de los cuales no tiene ninguno guardado.

¿Cuál es el desafío de hacer humor en los medios?

Hago humor en los medios desde hace mucho tiempo. Participé en programas de radio y televisión, como los de Tinelli y Susana Giménez, o con Mario Pereyra en Cadena 3. Después, tuve mi programa en radio Sucesos, y hace unos años, Canal 10 me convocó para hacer el Pailos Bar y dije “Me la juego a tener un programa propio”, porque me encantan las experiencias. Me animé y me gustó. Vos me decís hoy “Mirá, vamos a hacer en una estación espacial un programa de radio”, y yo voy. A las experiencias las vivo, más allá de los nervios, las disfruto. Después vino Radio JaJa: primero iba a ser solo un programa, pero cuando mi socio me lo propuso, ahí no más le dije “Vamos para adelante”. Hoy nos escucha gente de todo el país, es impresionante la cantidad de mensajes que llegan. Acá estamos.

¿Qué más te queda por hacer?

Me gustaría mucho participar en alguna película, que me convoquen para eso, desarrollar lo actoral. Me han llamado años anteriores, pero no podía instalarme dos meses en la Puna para el rodaje. Ahora sí me gustaría tener esa experiencia. También pienso qué podría hacer yo en ese sentido, tengo cosas escritas, incluso grabamos unos sketches con Carla Dogliani y Gabriel Marasini –humoristas cordobeses con quienes trabajó en el Pailos Bar y en el show La Pailoneta–, podría ser un programa de humor, ya que no hay tantos. Y, por otro lado, la radio es muy jovencita y me gustaría darle más impulso, porque se está escuchando en todo el país y tiene mucho futuro.

¿Harías un drama? 

Me animo a cualquier cosa. No necesariamente tiene que ser comedia, puede ser serio.

¿Sos de ponerte triste? 

Cuando fallecieron mis viejos, cuando pierde Belgrano [risas]. Me entristecen las cosas que pasan, la injusticia. Me pone muy mal que le saquen algo a la gente, que le roben. Y lo vivo con bronca también, no me entra en la cabeza que alguien le pueda sacar algo a otro, después me calmo y entiendo que son cosas que pasan en la realidad. También cuando ves la pobreza o cuando otro está mal. Pero trato de mitigar todo eso poniéndole buena onda, siendo positivo.

PING-PONG

Un humorista: El Negro Álvarez.

Un cuartetero: Rodrigo.

Un lugar de Córdoba: La plaza San Martín, sentado en un banco frente a la Catedral; de la provincia, Mina Clavero. Igual, tengo otro lugar en el mundo que es Pehuencó, le hice una canción, me fascina.

Fernet o prittiado: Fernet. Ya no tomo tanto, igual.

Una palabra graciosa: “Culiado”.

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*Publicada en Revista Convivimos. Julio 2023.